El juicio contra el cantante estadounidense R. Kelly, acusado de abusos sexuales, dio comienzo este lunes en Nueva York con el inicio del proceso de selección de los miembros del jurado después de importantes retrasos causados por la pandemia del coronavirus.
En la primera sesión del juicio, que solo podrá ser presenciado por el juez, los abogados y los miembros del jurado, se abordó además una petición presentada este lunes por los abogados del artista en el que solicitaron que se desestimaran varios de los nueve cargos presentados contra él.
En sus argumentos, los abogados, Thomas Ferinella y Nicole Blank Bcker, argumentaron que el cantante no debería ser acusado de romper la ley neoyorquina al haber infectado de herpes genital a dos de las demandantes, puesto que no se trata de una condición seria.
Farinella y Becker señalaron que la ley solo apunta que la transmisión de «una enfermedad venérea grave y bacteriana como la sífilis o la gonorrea» podría considerarse delito, mientras que la infección de un herpes no.
La juez, Ann Donnelly, dio a los fiscales siete días para responder a esta moción antes de tomar una decisión al respecto.
Los fiscales de Brooklyn han acusado a Kelly de crimen organizado y de dirigir una compañía que traficaba con mujeres y con menores que acudían a sus conciertos.
En el sumario, tres de las cinco víctimas a las que se menciona permanecen en el anonimato, ya que eran menores de edad cuando sucedieron los supuestos abusos, mientras que los miembros del jurado también serán anónimos.
Kelly, de nombre real Robert Sylvester Kelly y que se ha declarado inocente de los cargos, se presentó el lunes con vestido con un traje azul.
Se espera que los alegatos del juicio comiencen el próximo 18 de agosto, y que en total el esperado proceso, que los medios deben seguir desde una sala cercana a través de una pantalla, se alargue cuatro semanas.
Por orden de Donnelly, los miembros del jurado que finalmente sean elegidos no podrán seguir la cobertura de los medios de comunicación del juicio.
Kelly también se enfrenta a cargos federales en Chicago, así como a acusaciones a nivel estatal en Illinois y Minnesota.