La Policía Federal de Brasil informó este miércoles que abrió una investigación para verificar la filtración y posible venta de datos personales de más de 223 millones de personas, entre las que estarían ciudadanos, autoridades y hasta el propio presidente del país, Jair Bolsonaro.
Fuentes policiales confirmaron a Efe la apertura de la investigación, días después de que una empresa de seguridad cibernética hiciera una alerta sobre la filtración de los datos, que incluyen informaciones sensibles como nombre, fecha de nacimiento, carné de identidad, dirección y renta, entre otros.
La filtración fue revelada en un reportaje publicado hace unos días por el rotativo O Estado de S. Paulo, que denunció también la venta de los datos por parte de los hackers en la internet profunda, como es conocido el contenido en línea que no está indexado por los motores de búsqueda convencionales.
Expertos apuntan que este podría ser el mayor delito de ese tipo ya identificado en Brasil, que cuenta con una población de unos 212 millones de habitantes.
Hasta el momento, el origen de la invasión cibernética no ha sido identificado.
Entre las autoridades brasileñas que tuvieron sus datos expuestos -y en algunos casos comercializados- figuran, además de Bolsonaro, los once ministros de la Corte Suprema de Justicia y los expresidentes de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia y del Senado Davi Alcolumbre, según apuntó el reportaje.
Los delincuentes, señala el artículo, estarían vendiendo las informaciones personales compiladas en «paquetes» por un precio cuyos valores iniciales serían de unos 500 dólares.
Tras conocer los sucesos, el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luiz Fux, envió el pasado lunes al ministro de Justicia, André Mendonça, un oficio en el que pidió que fueran adoptadas «providencias» sobre el caso.
En los últimos meses, diversas autoridades e instituciones brasileñas, entre ellas el Ministerio de Salud y el Tribunal Superior Electoral, han sido blancos de ataques cibernéticos.