Pese a lograr descender con éxito a tierra, el cohete espacial Starship SN10, de SpaceX estalló en llamas momentos después de realizar la maniobra.
Se trata de la tercera prueba de vuelo suborbital a gran altitud realizada por la empresa de Elon Musk y se llevó a cabo en las instalaciones de SpaceX en el condado de Cameron, Texas.
El SN10 realizó una transición de propulsor a los tanques de cabecera internos, que contienen el propulsor de aterrizaje, antes de reorientarse para la reentrada y un descenso aerodinámico controlado.
Sin embargo, de manera inesperada algo falló varios segundos después de posicionarse en tierra generando la explosión del prototipo.