El exprocurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, se quejó de que en todo el tiempo que lleva detenido en la cárcel del Palacio de Justicia se ha visto obligado a dormir en el suelo y sin un lavamanos.
Durante la audiencia de anoche del conocimiento de medidas de coerción contra los imputados en el caso Medusa, el exfuncionario afirmó que no ha sido fácil pasar 15 días en esas condiciones y bajo un fuerte calor.
Rodríguez, quien declaró por primera vez ante la jueza de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, Kenya Romero, presentó su arraigo familiar, patrimonial y profesional, con lo que alega demuestra que tiene suficientes razones para no salir del país.
“Nací aquí, me crié aquí, vivo aquí, no voy a ningún lugar, estoy dispuesto a enfrentar aquí y sé que el proceso será duro pero no voy a ningún lado”, expresó el imputado.
En su intervención, que duró unos 50 minutos y a la cual la prensa escrita tuvo acceso al tribunal, el exfuncionario admitió que fue a varias de las actividades donde se realizaron los supuestos cursos ficticios, de los cuales participaron varios partidos políticos.
“He sido llamado criminal, lavador, delincuente”, aseguró Jean Alain. “No hay manera de que ningún abogado pueda decir que le ofrecí o le dí algo al procurador”, agregó.
El exprocurador resaltó ante el tribunal que nunca pidió la posición frente a la Procuraduría General de la República, cargo que aceptó por decisión del presidente de la República de entonces, Danilo Medina, para buscar la modernización de la institución.
“La misión era dotar al Ministerio Público de las herramientas necesarias”, precisó Jean Alain, luego de hablar sobre sus logros profesionales y laborales como gerente y director en varias instituciones.
“Fui designado procurador no porque lo pedí, ni porque lo buscaba o deseaba, pero cuándo un presidente te pide y te busca en plan de mejorar y modernizar el país, no hay forma ni como decir no», indicó Rodríguez.
Cuestionó la versión del Ministerio Público, quien asegura que durante su gestión se invirtieron RD$160 millones, sólo en tecnología, y dijo que “si hubiese tenido la oportunidad de invertir 300 (millones) lo hubiese hecho”.
Admitió que los drones usados en la Procuraduría mientras estuvo al frente fueron parte del combate contra el terrorismo y la situación mundial que se vivía en ese momento, por lo que dichos aparatos sirvieron para enfrentar el crimen.
Respecto a los 6 mil millones de pesos a los que se refiere el Ministerio Público que supuestamente asciende la supuesta estafa contra el Estado, declaró que “ni los 89 edificios de la Nueva Victoria” representan esa cantidad.
Manifestó estar arrepentido de haber iniciado dicho proyecto, sobre el cual “debió ser borrado”, ya que en la actualidad dicho plan está detenido.
Rodríguez concluyó su intervención pidiéndole a la magistrada Romero que le permita seguir el proceso “en libertad”.
El exprocurador es acusado de liderar una red criminal que operaba en la PGR y que recibía sobornos, distrajo fondos, creó nóminas ficticias, destruyó evidencias, adulteró fechas, sobrevaluó obras, funcionó como un centro de envase y distribución de ron, así como un comando de campaña electoral, así como de estafar al Estado con más de 6 mil millones.