Teherán, Irán – Tres días después de haber sido elegido presidente de Irán, el ultraconservador Ebrahim Raisi exigió este lunes negociaciones fructíferas sobre el programa nuclear de su país, y expresó además su rechazo a reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden.
En su primera conferencia de prensa desde su elección el viernes, Raisi –cercano al líder iraní Ali Jamenei– dijo en cambio que “no hay obstáculos” a la reanudación de relaciones diplomáticas con la Arabia Saudita sunita, rival regional del Irán chiita.
Dijo además haber “defendido siempre los derechos humanos”, cuando Estados Unidos y varias ONG occidentales lo acusan de ser responsable de torturas y ejecuciones sumarias, durante su larga carrera en el aparato judicial.
Raisi, que obtuvo el viernes cerca de 62% de votos en una elección marcada por una abstención récord para una presidencial, asumirá el cargo en agosto. El futuro presidente elogió sin embargo la “masiva presencia” de la población iraní en los colegios electorales “pese a la guerra psicológica librada por los enemigos de Irán”.
El presidente tiene prerrogativas limitadas en Irán, donde lo esencial del poder está en manos del Guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, que tiene la última palabra en temas centrales, como el nuclear.
Mientras se están celebrando negociaciones en Viena para salvar el acuerdo internacional sobre el nuclear iraní, suscrito en 2015, Raisi dijo que Irán no permitirá “negociaciones por el simple placer de negociar”.
El predecesor de Raisi, el reformista Hasan Rohani había optado por una apertura hacia Occidente, al favorecer el acuerdo de 2015. Pero el nuevo presidente respondió este viernes “no” a un medio estadounidense que le preguntaba si tenía la intención de reunirse con Joe Biden si las negociaciones permitieran aliviar las sanciones de Washington contra Irán, y para “resolver” los problemas entre los dos países enemigos desde hace más de 40 años.