El obispo de la Diócesis Nuestra Señora de La Altagracia, monseñor Jesús Castro, denunció la aparición de supuesto cierto grupo religioso que se presenta como católico, provocando la confusión de los fieles católicos.
Argumentó que este grupo se autodenomina como “Iglesia Católica Apostólica y Renovada”, radicada en la zona turísticas de Verón, Bávaro y Punta Cana, utiliza la simbología, el lenguaje, las oraciones, la liturgia y las costumbres, “pero no son católicos y no están en comunión con la iglesia”.
Expresó que son dirigidos por personas que se presentan como obispos y sacerdotes, usan las vestimentas, celebran los sacramentos, tienen el mismo lenguaje, los signos propios de la Iglesia católica y de sus ministros, pero no pertenecen a ella, ni han sido legítimamente ordenados, “ni está en comunión con el Santo Padre”.
“Por ello, todos los sacramentos que realizan son inválidos y en perjuicio de los fieles a los que los ofertan”, aseveró.
Asimismo, comentó que es conveniente advertirles a los fieles de la situación, que se les forme convenientemente sobre el orden sacerdotal y que sean conscientes de que esa gente, “deliberada y dolosamente omiten decir que no son católicos ante quienes lo frecuentan”.
Apuntó que siempre tendrán un profundo respeto de la libertad religiosa de cada persona, porque la fe debe ser por un acto libre.
Entiende que no pueden cruzarse de brazos cuando la gente, de modo particular, la más sencilla, es confundida y engañada por unas apariencias que esconden la verdadera identidad del que se presenta como ministro sagrado.
Dijo que es importante que la comunidad católica evite la invitación o visitas de comunidades, de ministros, ministerios, predicadores, conferencistas, misioneros, sacerdotes y obispos sin las debidas licencias del obispado diocesano, aun cuando se trate de amistad o conocidos.
En relación al tema del matrimonio, señaló, muy especialmente en la zona turística, conviene que los párrocos adviertan a las autoridades y a los responsables de lugares donde se realicen matrimonios católicos con las debidas licencias de la curia, a fin de que evite cualquier tipo de confusión, suplantación, o dolo en prejuicio del sacramento y de los efectos civiles del matrimonio.