A diario nos encontramos en situaciones difíciles y por ende buscamos con quien hablar, a quién contarle nuestras penas y tormentos. Te cuidado, fíjate bien a quién contarás lo que estás pasando y lo que has pasado. Muchas personas se aprovechan de éste momento de necesidad de los demás, los escuchan, pero al terminar de escuchar ya encuentran o tienen otro de confianza y le comparten los secretos de la persona anterior. Es así como se produce una cadena de confesiones ajenas. Cada uno le cuenta a su confianza y sin darte cuenta, todos conocen tus más íntimos secretos.
¡Ten cuidado!