Los diseñadores de asientos de avión llevan mucho tiempo ideando conceptos innovadores para las cabinas económicas, buscando el equilibrio ideal entre acomodar al mayor número de pasajeros posible y mantener una experiencia relativamente agradable para los viajeros.
Siempre atentos a las últimas actualizaciones e innovaciones, los Crystal Cabin Awards son conocidos por destacar las nuevas tendencias en el interior de las aeronaves comerciales.
Después de que la pandemia retrasara el anuncio de los ganadores de los premios de 2020, este año los Crystal Cabin Awards han reducido sus ocho categorías habituales a dos premios clave que reconocen en qué punto se encuentra la aviación en estos momentos: la categoría de elección de los jueces y el premio al viaje en avión limpio y seguro.
Desde estirar las piernas en la sección inferior de una cabina con asientos económicos de varios niveles hasta acurrucarse en un compartimento construido en la taquilla de la cabina, los nominados ofrecen una visión del futuro potencial de los vuelos.
Uno de los conceptos más intrigantes de la lista de candidatos es el proyecto de asiento económico Chaise Longue, que prevé una cabina de asientos de dos niveles, con cada fila alternando entre asientos en el suelo y asientos elevados a unos metros del suelo.
El diseño se atribuye al estudiante español de 21 años Alejandro Núñez Vicente, que cursa estudios en la Universidad TU Delft de los Países Bajos. Núñez Vicente explica que su experiencia viajando por Europa en clase económica le inspiró en parte la idea.
Harto de la falta de espacio para las piernas, se dio cuenta de que elevar la fila de asientos de delante resolvería el problema. Su diseño erradica el compartimento superior para el equipaje, lo que permite que haya más espacio en la cabina para los asientos del nivel superior. En su lugar, el equipaje se guarda en compartimentos bajo el asiento.
Núñez Vicente considera que este diseño funcionaría bien en el avión Flying-V, que se está desarrollando actualmente en la Universidad Técnica de Delft, pero dice que también podría aplicarse en un Boeing 747, un Airbus A330 o cualquier otro avión de tamaño medio o grande.
Núñez Vicente dice que tomó ideas que ya estaban siendo discutidas por el equipo que trabaja en el proyecto Flying-V y aportó su propia visión. El objetivo era crear una experiencia de cabina multinivel que ofreciera algo atractivo a los viajeros sentados en ambos niveles.
El diseño del asiento también ofrece más ángulos de reclinación, así como un respaldo ajustable y un reposacabezas desplegable, para ofrecer más comodidad. El diseño estaba en marcha antes de la pandemia, pero el diseñador cree que funcionará bien después de Covid-19.