La ministra española para la Transición Energética y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, defendió este lunes en la ONU la importancia de la cooperación internacional y regional en la gestión del agua.
Ribera representó a España en una reunión de alto nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas, que arrancó la semana pasada y continuó hoy, coincidiendo precisamente con el Día Mundial del Agua.
En la cita, celebrada principalmente por vía virtual, los Estados miembros de la ONU están discutiendo políticas sobre agua, centrándose sobre todo en el objetivo fijado para 2030 de que todos los ciudadanos del mundo tengan acceso a agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados.
Ribera, que intervino con un mensaje grabado en vídeo, destacó que la pandemia ha puesto de manifiesto la estrecha relación entre la salud de las personas y la salud del planeta, con el agua como un «elemento clave» en riesgos sanitarios y ambientales y la vez como un «elemento que da vida».
Según subrayó, por ello es clave «consolidar el valor del agua» en el proceso de recuperación de la actual crisis y teniendo en cuenta los posibles efectos efectos del cambio climático.
«Es algo que tenemos claro en un país como el nuestro, España, en el que el 70 % de nuestro territorio está amenazado por la desertificación. Un país que está acostumbrado a vivir con escasez de agua, pero también que ha sabido sacar provecho. Hacer del agua un elemento vertebrador, un elemento de desarrollo, un elemento de riqueza y confort para nuestros hogares», señaló.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno subrayó la necesidad de consolidar infraestructuras que aseguren un buen uso del agua y de mejorar la eficiencia en su utilización, además de considerarla como un «recurso precioso» también desde el punto de vista ambiental.
Ribera recalcó en ese sentido que hay que «pensar en la dimensión internacional del agua» y «consolidar aquellas áreas regionales en las que se trabaja conjuntamente para una mejor gestión del recurso hídrico».
«Nosotros, desde España, sabemos que tenemos que trabajar codo con codo con nuestros compañeros, con nuestros colegas de América Latina y con la región mediterránea, con la región del Magreb. No es lo único, pero disponer de agua potable y de agua limpia sigue siendo un gran desafío», apuntó.
En ese sentido, defendió que «la cooperación internacional y la cooperación regional son absolutamente críticas también en el agua».
«No lo olvidemos, no es solamente un recurso local, es un recurso que interconecta la relación entre todas nuestras sociedades y requiere y nos demanda una cooperación fortalecida en el ámbito internacional. Tanto multilateral, como regional bilateral», concluyó.