Una intoxicación del anestésico propofol en combinación con otros medicamentos suministrada por su medido personal Conrad Murray, acabo con la vida de Michael Jackson, el 25 de junio de 2009, dejando a medias la última gran actuación de su vida.
Su repentina muerte conmocionó al mundo, y en todos los rincones del planeta alguien lloraba la muerte del «Rey del pop«. Su funeral celebrado el 6 de julio de 2009 en el estadio Staples Center, se convirtió en un homenaje a su música, en una reunión de amigos y en un adiós multitudinario. Allí estuvieron sus hijos, padres, hermanos y todos aquellos que en algún momento de su vida compartieron algunos minutos con Michael.
Tras una exhaustiva autopsia y algo más de dos meses después de su repentina muerte, el 3 septiembre de 2009, el cuerpo del rey del pop fue enterrado en el cementerio Forest Lawn de Glendale de Los Ángeles.
Al entierro, de carácter íntimo y custodiado por fuertes medidas de seguridad, acudieron alrededor de un centenar de personas entre los que se encontraban los familiares y amigos más íntimos del rey del pop, entre ellos Corey Feldman, Brooke Shields, Lisa Marie Presley, Mila Kunis, Chris Tucker, Steve Wonder, Elizabeth Taylor y Diana Ross.
El sepelio estuvo presidido por el féretro bañado en oro del artista y custodiado por dos grandes imágenes del rey del pop y durante la ceremonia la música de Michael fue la banda sonora.